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vi230850

Lo que vivo

Me enseñaste el amor con una mano

y enseguida la cerraste

y la juntaste con la otra.

Trilera de los sentimientos,

sin darte cuenta

me recortas.

 

Vas y vienes. Andas como

si yo no estuviese

-que estoy-

Aquí y allí, si acaso te detienes.

Si acaso no.

 

Tengo una inseguridad

y siento que

todo está

por delante de mi.

 

Hoy es falta de sueño

lavadoras que poner.

Mañana un cumpleaños

Pasado hay otra cosa

-ya no recuerdo qué-

 

No sabes emplear una balanza

No te sabes repartir

Toda entera cuando toca

cuando no, nada de ti.

Cobarde

A veces me parece

que tienes miedo al aire

cuando faltan paredes

secas que te resguarden.

¿Qué fue de esa chiquilla

que habitaba tus sueños?

Si nunca te atreviste

a decirle -te quiero,

mi reloj adelanta

desde que te conocí-.

Regabas con silencios

vuestras conversaciones

pensando ¿qué le digo

para no quedar mal?

Envidas con tres cerdos

no pasas de cuarenta

las lenguas que besabas

estaban medio muertas.

Aparcas los deseos

lejos de tu manzana

y no recuerdas nada

de una vida anterior.

Prefieres despeinarte

a ver las sepulturas

después de tener dudas

ante la decisión.

 

Medicina natural

Hoy fui al médico natural

me observó y le observé

me miró y le miré.

Resultó que no estábamos tan mal.

 

Le tomé la tensión a mis sueños,

algo baja, quizás

debería leer usted más novelas,

no sé, jugar a centinela

de un castillo

con sus primos más chiquitos.

 

Después de auscultarme

el lado izquierdo del cerebro

me propuso adelgazar el lao derecho.

Un paseo cada día por el bosque

una mirada detenida a mis adentros

una licencia para mostrar mi lado ocre

y una caricia en la punta de los dedos.

 

Que volviese a ser poeta

-me decía en la receta-

que amase suficiente a las palabras

para poder prescindir de ellas.

Me recordó que los problemas son pequeños

cuando no los miras desde el suelo,

que volase para verlos

-qué distintos que parecen desde el cielo-.

En pretérito (pluscuamperfecto y subjuntivo)

 

Tal vez hubiese funcionado
tu miedo a volar, mi pavor
a la fragilidad.
 
No lo sé...
si se puede construir algo así.
Por ejemplo, desconozco
si me puedo atar los cordones del zapato
con dos manos izquierdas.
Con dos ojos derechos
podría guiñar cualquiera.
Sin contrapeso la balanza
toca el suelo.
 
¿Qué daríamos al mundo?
Unos niños confusos,
retrasos, huidas,
unos ojos acuosos en la fiesta
un partido
de fútbol en la iglesia.
Tal vez, un diccionario nuevo,
un color distinto en la paleta,
una pira de desencuentros sin guerras,
de los inmensos.
 
Tal vez no hubiese funcionado.
Tu miedo a volar, mi pavor
a la fragilidad.

 

Más triste todavía

La vida puede ser terrible.

La vida te puede arrinconar.

La vida puede

dejarte sin nada.

O mucho peor

Con todo en el debe

nada en el haber.

Te puede destrozar.

La vida tiene un pacto con la muerte

comparten un espacio abismal

donde no hay mapas ni ley

y las verdades aprendidas no saben ayudar.

La vida te puede arrancar de cuajo los motivos de ilusión

las sonrisas pequeñas, el aire del pulmón.

La vida te sabe matar muy despacio.

Te deja sin armas (para luchar)

te yerma los costados, no les nacen alas (para volar).

Te debes quedar.

 

La vida, a veces, no sabe jugar.

 

Rodéame

No digo que esté bien

pero hay veces en las que

quisiera ser alzado

tus brazos por sostén.

Rodéame.

Rodéame.

Aunque para hacerlo

debas salir de ti,

dejarte por mi

para después.

Aunque debas hacer magia

que no quede ni un espacio

por el que entre

este presente

tan sucio y tan alfil.

Soy pequeño,

te facilito la tarea

y prometo

también

encogerme.

 

Pero, hazlo, ven

tú sola

sin ti.

Rodéame.

Érase una vez

Paseando borracho, único paisaje

en mi mente tus ojos, y más lejos tus manos

deseos callados comprenden raros

pensados para explotar en tus labios.

Bosques de espigas vanas

señoras con menopausia

escapes en las mangueras

grutas escasas de aire.

Preguntas, dudas que bailan

sinceros gestos de alarma

esperas en las aceras

besos que nunca arrancan.

Te quisiera envolver

en estrellitas creadas

por un mago descamisado

con polvos de campanilla

con trucos de dioses olvidados

y sé que no esperas furor

de remites escaldados

y sé que no quieres probar

a crear besos en mis manos.

Te esperaré en los tejados.

Te encontraré en cada libro

y en esquinas lejos de casa

tal vez con líneas distintas

tal vez con turbias miradas

tal vez paredes calladas

tal vez derrochando risas

tal vez entonces se calle

el grito destartalado

que hoy reprime mi alma.

No puedo seguir maldiciendo mi suerte

(por otra parte, la tengo bastante buena)

Tan importante es hacer lo que sueño

como soñar lo que vivo.

Viajar es muy bello

(incluso sin salir de mi cuarto)

Yo he viajado en bibliotecas

y siempre quedó algo por ver.

No es esto lo que quiero decir.

Lo que quiero decir es más duro.

Me pongo a mirar mi esqueleto

y observo resortes mezquinos.

Son nuevos.

Yo no los coloqué, yo no los encargué.

Pero están ahí.

 

Me siento como una esponja

en aguas de alcantarilla.

 

Profundizando

Hoy, que como siempre

los sueños son la escala incorrecta

para medir el valor de la realidad.

Hoy, que crecer parece

tapiar con diamantes las puertas

no abiertas. ¡Maldita curiosidad!

Hoy que se confunden

trabajo con vida, cansancio y pereza,

místico y práctico, individual con social.

Hoy quiero apostar por nosotros,

por vaciarnos en el alma del otro,

apagar la calefacción de casa

y extraviarnos en el salón.

Hoy quiero compartir aristas

... en doble dirección. 

Mapa

Un abismo escarpado me espera sentado a la mesa, al lado del acto más cotidiano. Un guardia civil de la pena ingresa en prisión por exceso... de celo. Mi mundo navega sin rumbo. Los laberintos me encierran. Pero soy un tarugo distinto. En las esquinas como golosinas. No puedo pintar un cuadrado. ¿Quién supo un día leer ese círculo inscrito? Si todas las aves fueran golondrinas, no tendría que quedarme sentado jamás.

Observando

Las personas tienen ritmos internos.

Tienen velocidad.

Tú me ves aquí sentado

pero yo no estoy parado.

Envejezco

sin posibilidad.

 

Hay algunos que van muy deprisa

de aquí para allí

su cuerpo,

de acá para allá

la cabeza.

Se vierten.

Se afueran.

Viviendo en horizontal

escriben en la agenda.

Tienen... experiencias.

 

Pero no puedo olvidar a los lentos

un rato al día

se aquietan

para bajar al infierno

o a un pozo.

Se llenan.

Se queman.

Vivendo en vertical

no suelen echar cuentas.

Tienen... reticencias.

Acerca de volar

Si pudiese elegir

pediría que volases

y si pudiese elegir dos veces

que supieses, también, aterrizar.

Yo -¿todos?-

Yo no soy a, b, c ó d

yo soy el abecedario.

No creas que sabes

mi opinión sobre este tema

por conocer lo que

pienso de algún otro.

No me pidas que renuncie

a ver la vida por mis ojos.

No me encasilles, no me etiquetes

no me conoces porque

hayas conocido a mis amigos

(tengo varios y distintos).

Las apariencias engañan

y a mi me gusta confundir.

No olvides que cada mañana

me barajo y me vuelvo a repartir.

 

Empatía

Me falta empatía.

Cuando escribo abuso

del primer pronombre personal

(y casi siempre en singular).

Me falta empatía.

Una empatía que yo tenía

cuando el reloj caminaba desigual,

antes de sudar

para ¿ganar? la vida.

Y ahora busco la

empatía del ahogado

en peligro, agitando

como nunca, las manos.

La empatía imposible

del diarreico retorcido,

la del ejecutivo

virreunido,

la del árbol seco,

la

mía.

Pareados borrachos para estudiados (con perdón)

El ingeniero quiere ganar dinero

y todo lo demás le importa un bledo.

Economista, quieres seguir la pista

de algo que es posible que no exista.

El matemático no es un hombre práctico

a él le gusta manejarse en otro ámbito.

La medicina no es para gallinas

les gusta ver lo que hay detrás de las cortinas.

El periodista también sigue la pista

y las cortinas que descorre aún no están listas.

Ay, abogado, quisiste ser honrado

pero sabías demasiado del juzgado.

El psicólogo se amiga con el loco

y es que en el fondo se parecen más que un poco.

El arquitecto escapa de lo recto

en estos tiempos no se lleva lo perfecto.

Profesorado, tomad conciencia ahora

de lo importante que resulta lo que os mola.

Culpa

Quiero quitarme esta palabra de encima
Pesa
Sería más fácil si no la llevase
Dentro
La quise meter en la boca
Digo
Poniéndola en frases, volviéndola
Muda.
No puedo, me voy al silencio
Callo.

A ti, que no estás aquí

La presencia más real es tu no estar,
lo más bello es un recuerdo
y lo más dulce, tu enseñanza cotidiana
de lo grande y lo pequeño.
A ti, que no estás aquí,
te llevo dentro,
y sin embargo te deseo y te carezco.
De tu risa estoy sediento.

Me pierdo entre los versos más oscuros
le grito a mi caballo que no hay tiempo,
que me encierran las palabras y el silencio
y me observan los zapatos desde el suelo.
A ti, que no estás aquí,
te roza el aire y no mis besos
y los huecos que llenamos de promesas
se te enfrían entre luces y tinieblas.

Ante la noche quejica
que me reclama en su bando
yo te muestro una colmena
de sentimientos mezclados.
A ti, que no estás aquí,
te siento al lado
y sin embargo no arranco
si no me soplas los brazos.

un martes

Qué difícil resulta
buscar una rima
en este cajón atestado
de días vencidos.
Tendré que frotar
mi equipaje dejando
las horas despacio
caer, al vuelo.
Quiero decir, volver,
al silencio, a la brisa
sentado en el parque
las piernas cruzadas.
Quiero decir, dejar
los miles de planes,
recados, rutinas,
posarse en las ramas.
Callar
(esta voz como agenda)
Frenar
(esta prisa de hacer...algo)

Mirar sin qué
Oír sin cómo
Tocar sin cuándo.

Quiero decir, estar
improductivamente
SER.

Abstinencia

Te robaron el deseo y yo estoy solo
¿fue que no lo guardaste, que no lo cuidaste?
¿fue que se fue por un capricho? ¿Por qué?
¿Te echaron un somnífero en los dedos?
¿Se comieron dientes de ajo todos mis besos?
¿Te salieron en los pezones dos heridas?
Todo hace que te marches de mi lado
Nos queremos como amigos, como hermanos
¡Qué sé yo! Yo te quiero hasta la tumba
hasta que no me quede vivo ningún sueño.
Yo te quiero como todo lo que seas
pero si eres insensible a mis cariños
entonces todo eso que te quiero, todo duele.
Se secaron las corrientes y las lenguas
y los huecos que llenamos de promesas
y todos los pecados se hicieron malos
de no hacerlos y los secretos
se escondieron y ya no los sabemos.
¿Cómo fue? Quiero saber cómo fue.
Fue despacio, poco a poco,
como mueren cada día, cada noche,
todos los días, todas las noches.
¿Fue de pronto? ¿Fue un embrujo despiadado?
¿un mago atroz del desamor?
¿un tuerto estéril que te vio? ¿Cómo fue?
Y ahora estoy como atontado
como un boxeador cerca del KO
así no puedo conducir
como una cortina cerrada
(con lluvia detrás)
como una flor del desamor
en la primavera del dolor
como un extraño, como un ahogado.
Cada palabra me cuesta una barbaridad
una sonrisa es una mentira
el dolor es lo concreto, tiene peso
y está dentro del corazón.

mi reacción a la noticia

La postal que no envié tiene moho. Los bichitos salvajes mastican las palabras que escogí con mi varita trágica para bailar... la danza de la lluvia en ofrenda al dios de tus ojos cerrados. Ya no queda más que el baile estrafalario de un cojo. Te puede hacer reír. O tal vez, tú que sabías adivinar los latidos de los huesos (que me sostenían en pie). Tú que eras capaz de mover la melena....así. Tal vez recorras las palabras caducadas como un bosque ardido e imagines como fue.
Los vagabundos de la historia que me piden un relato desde tus ojos. Que están ahí dentro, alrededor del fuego (está bien, no lo diré). Te piden hoy que seas más fuerte, que tú, tan etérea, te vuelvas gusano y reptes para salvar el tesoro que vale la pena.
Hoy, ya rotos los bolígrafos, hago acopio de garbanzos secos y los dejo caer distraído. Si eso sirve para ayudarte en el camino de ida, me doy por contento. No pido más.