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vi230850

Doblemente armado

Las caras del icosaedro en que me muevo son un lugar seguro. Un espacio, más o menos amable, de obligaciones y derechos. Una vía transitable. Mi corazón, en cambio, se parece a una ruleta y cuando gira o se tropieza enciende una llama blanca y negra.

El deseo de acercarme a las aristas, de columpiarme en una línea...

Y no sé si hay algo más, si el icosaedro es de arcilla o de cristal, si se puede bucear, atravesar las caras...

En esas caras hay ruido, compromisos y señales que me indican lo prohibido.

En las aristas me imagino el aire puro y en el centro??????? No lo sé. Una nada? Veinte nadas? -no me llaman- Un silencio ordenado? Un misterio circular?

Hoy así

Mi tendencia al agobio
es agobiante
y mi deseo de libertad
es una cárcel.
A veces no sé si te conozco,
no investigo las causas de tus actos
porque me lamo los efectos
o celebro
el resultado
Mi miedo es encontrarme
que la vida
se ha quedado a cuatro cosas
reducida.
A veces no sé si me conozco
si lo afronto o voy huyendo
no sé en realidad si nos conozco
a los varios
que contengo.