Hermafrodita
De pequeña, a veces
daba abrazos a mi madre
a modo de ensayo general por si alguna vez tuviera que abrazar a un hombre.
Pero mamá era suave y
tenía dos tetas (al menos al principio)
y no siempre funcionaba la ficción.
Mamá no apretaba muy fuerte
era pequeña y tenía el culo ancho
y la barriga de haber dado a luz
casi tres veces.
Mi mejilla contra la suya
--pareces una vaca--
pero no había barba en esa cara de nariz
aguileña y ojos
más aguileños aún.
Nunca encontré nada en sus abrazos
que me sirviera de ejemplo, de educación, de premisa.
Abrazaba a mamá muy fuerte,
como si fuese un hombre.
Como si mi madre,
alguna vez, aunque fuera un instante
hubiera podido ser
un hombre.
(Wild Rose en asalto)
1 comentario
León -
Visíteme, tengo nuevo blog.